En frente a la propiedad tenían casas abandonadas, de las cuales una pareja nos observó y nos siguió hasta el malecon, diciendonos que vivian en frente y que querian vendernos habanos.
El aire acondicionado no funciono la primer noche y no lo pudieron arreglar, la segunda sí, y al tercer día se volvio a romper.
No te ofrecen pagar wifi ni en pesos cubanos, ni por la pagina cuando haces la reserva, ni te aceptan pagarlo con tarjetas por "politicas de la empresa".
En resumen, mediocre.