Es un lugar cerquita de Monterrey que a su ves parece que estamos muy lejos de Monterrey en un lugar excelentemente agradable y mucha atenciĂłn de su personal nos sentimos muy agusto en este RincĂłn de Santiago.
Hermosas instalaciones y vista a la presa, atenciĂłn muy buena por parte del personal, solo que en los cuartos se escucha mucho el ruido de afuera, precios algo elevados en el restaurante, la comida estĂĄ bien.
Las habitaciones muy descuidadas, sucias, las puertas no cerraban bien, pequeñas cucarachitas, acabados rotos, muy descuidadas. Ruido por bocinas desde temprano. El personal de recepción se tarda en contestar y resolver. El restaurante cierra muy temprano. No me gusto.
El hotel ya cayo mucho en calidad, en mi estancia 3 dias no hubo luz, por lo que tampoco hubo internet y el servicio a cuarto tarda demasiado tiempo. Ademas de que afuera de mi cuarto tenia una bocina que comenzaba a poner musica a las 9 de la mañana, obvio detesto que me levanten. La limpieza de las habitaciones tambien deja mucho que desear ya que habia muchos zancudos en mi habitacion y se veia que las sabanas no estaban limpias. Ademas les pedà a las personas de recepcion que arreglaran mi habitacion por un aniversario y no hicieron nada. Pesimo hotel
Las villas excelente
Peor las habitaciones hay mucho ruido se oye literalmente todo de a la lado y nos tocĂł un grupo de chavas con mĂșsica y ruido hasta la madrugada
En general bien, personal muy amable pero faltan meseros, no se daban abasto en el ĂĄrea de piscina y restaurante, por lo que se tardaban mucho y tenĂas que recordarle las cosas. Por otro lado, la habitaciĂłn 435 no tenĂa mirilla y se veĂa un hueco en la puerta.
Muy bonita vista y el hotel estĂĄ lindo pero hay poco personal atendiendo y es algo lento el servicio. En las villas el servicio es prĂĄcticamente nulo, no hay quien te atienda en piscina y no hay opciones de alimentos rĂĄpidos arriba.